10 años de pesadilla… y ¡500 partidas!

Esta semana se han cumplido un par de hitos que me hacen especial ilusión y que, en cierto modo, están relacionados. El primero de ellos es que tal semana como esta, hace diez años, terminé de escribir Pesadilla en Manor Peak, después de un testeo en verano sobre mis notas. Sería la primera vez que me animaba a escribir algo de principio a fin para que otras personas lo leyesen; no las típicas notas que uno prepara cuando va a dirigir una partida propia.

La idea de Pesadilla en Manor Peak llegó, como en otras muchas ocasiones, en un sueño. La excusa para escribirla fue el primer concurso de módulos de las jornadas Bilbao Rock&Rol, que a la postre gané. No creáis que se me infló mucho el ego, pues fui el único participante, pero al jurado la aventura le pareció lo suficientemente buena como para otorgarle el premio. Realmente, es una aventura de la que estoy muy orgulloso y no la hubiera presentado si no creyese que merecía la pena que la gente la conociese.

Escribir Pesadilla en Manor Peak me demostró a mí mismo que podía hacerlo y, aunque no fue algo inmediato, plantó la semilla en mi cabeza de lo que podría ser un par de años más tarde la campaña La Sombra de Saros. Sin Pesadilla en Manor Peak, estoy bastante seguro de que no hubiera dado el paso de empezar a escribir rol, así que, de todas mis aventuras, probablemente es a la que guardo mayor cariño.

Con estos cuatro desdichados personajes comenzó todo.

El segundo hito del que os quiero hablar, y que en cierto modo está relacionado con el anterior, es que desde esa primera aventura y hasta el momento en que escribo estas líneas, ya hay más de 500 sesiones en YouTube de mis aventuras y campañas. Se reparten en 28 canales y su duración total supera las 1000 horas de juego (para verlas todas tendría que estar más de 41 días seguidos pegado a la pantalla). Son números que me vuelan la cabeza y que, si os habéis fijado, están reflejados en la página de inicio de la web porque me hacen una ilusión infinita.

Veréis, cuando uno está tratando de plasmar negro sobre blanco las cosas que ha dirigido o imaginado, siempre se pregunta si habrá alguien al otro lado que lo considere lo suficientemente interesante como para jugarlo. A fin de cuentas, el rol, aunque está en una de sus etapas más populares, no deja de ser algo minoritario, un pequeño nicho entre formas de ocio más masivas. Si a esto le sumamos que escribir rol es un nicho dentro de ese nicho, y que escribir específicamente aventuras de rol es un nicho dentro del nicho del otro nicho… ¡o lo que sea que signifique lo que acabo de escribir!… pues realmente no sabes si habrá alguien que tenga interés más allá de tu mesa de juego.

Cuando decides dar el paso de que otras personas accedan a tus creaciones (cosas, «mierdas» o como cada cual lo llame), debes tener muy claro por qué lo haces. Vale, hay un punto principal, que debería ser que te resulta satisfactorio hacerlo, al menos en líneas generales. Yo, por ejemplo, disfruto mucho de la fase de ideación, donde mi cabeza da vueltas y vueltas hilando hebras hasta conseguir algo mínimamente coherente y estructurado. Sin embargo, sufro mucho en la fase de escritura, como si de una travesía descalzo por el desierto se tratase y con poca agua para refrescarte.

Los motivos para hacerlo pueden ser múltiples y variados: desde el económico, pasando por la superación personal, hasta quizá cultivar un poco el ego. En mi caso, sentía mucha curiosidad por cómo la gente interpretaría lo que yo había escrito y ver las diferentes iteraciones de cada mesa. Hacer esto en mesas físicas es prácticamente imposible, pero en el rol online la cosa cambia, ya que mucha gente emite sus partidas y las sube a YouTube. Aunque dudaba de que alguien jugase a las mías, supongo que me equivoqué. Como espectador, creo que yo las veo con otros ojos que el resto del público, ya que para mí es una gran fuente de información… ¿Qué les ha llamado más la atención o aburrido? ¿Qué han decidido ignorar o por dónde han creado sus propios caminos?

Folleto promocional de La Sombra de Saros que llevé a las LES 2018, consumido por la locura.

A veces, algunas personas que dirigen mis aventuras me han contactado para preguntarme cómo hay que hacer tal o cual cosa, esperando LA respuesta. Siempre les contesto lo mismo: desde el momento en que la aventura se hace pública, pasa a cobrar vida propia, a ser leída, interpretada y jugada de mil maneras, y todas son buenas si le funcionan a la mesa, porque ese es su fin último. Como mucho, puedo aportar algún consejo o parte de mi experiencia de haberlas dirigido varias veces, incluso algo sobre MI propia intencionalidad, pero desde el momento en que alguien decide dirigir una de esas aventuras, pasa a ser algo orgánico de esa mesa de juego, con un resultado específico y único.

Aunque intentaba mantenerme al día, la cantidad de sesiones en YouTube y la duración de las mismas empezó a hacer difícil que pudiese verlas todas al momento, así que decidí listarlas para ir viéndolas con el tiempo. Posteriormente, cuando actualicé la web, me pareció que poner esas partidas como ejemplos de mis aventuras podía ser una buena idea. Una cosa llevó a la otra hasta encontrarme con este logro, que en el fondo no es mío, sino de todas las personas que disfrutan jugando a sus versiones de algo que ha salido de mi cabeza.

Actualizar cada cierto tiempo el listado es algo que me ilusiona y me hace recordar por qué empecé a escribir aventuras de rol. Hay tanta variedad de gustos en la comunidad —por ambientaciones, por sistemas, partidas físicas u online, narración compartida o más clásica, quienes desarrollan sus propias aventuras o usan las ya publicadas—, que me calienta el corazón darme cuenta de que he llegado a conectar con una parte de nuestra afición y de formar parte, de alguna manera, de sus mesas de juego.

La mesa que jugó La frecuencia Bauman en el canal de Dame rol y dime friki se hizo camisetas con frases de sus PJ.

Y es que en este tiempo he conocido muchos detalles que me han alegrado: mesas online que han hecho quedadas para «desvirtualizarse», gente que ha forjado amistades jugando, DJ que me han contado las múltiples veces que han dirigido alguna de mis aventuras, personas que empezaron una relación mientras las jugaban, gente que me cuenta en jornadas o festivales sus anécdotas de tal o cual escenario. Saber que todos esos momentos y esas vivencias se han producido con alguna de mis aventuras de fondo hace que sienta que el viaje está mereciendo la pena.

Así pues, os animo a seguir jugando. Yo por mi parte intentaré seguir escribiendo de vez en cuando y por supuesto, si os animáis a emitir alguna de esas partidas no dejéis de avisarme (me haréis muy feliz).

¡Nos vemos en las mesas!

Soy el autor de "La Sombra de Saros", la campaña de rol de horror lovecraftiano. Licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto, Máster en diseño y producción editorial por la Universidad de Salamanca y el Grupo Santillana. Rolero a perpetuidad...